Estrategias para el futuro del regadío

El Catedrático del Departamento de Economía Agraria en la Universidad de Córdoba, José Antonio Gómez-Limón, comenzó su intervención apuntando que el futuro no está escrito, sino que hay que construirlo “y cuando nos referimos al futuro del regadío en España, las Comunidades de Regantes y sus federaciones tienen un papel clave en su construcción. Para ejercer este papel, las Comunidades de Regantes y sus federaciones no deben perder su identidad, fruto de una historia de éxito que ha llevado al sector de regadío nacional hasta la situación actual. Sin embargo, no debe olvidarse que, como dijo Drucker, el mayor peligro en tiempos de turbulencia es seguir actuando con la lógica del pasado”.

El ponente defendió que para posicionar al sector del regadío en las mejores condiciones posibles para que el futuro favorezca los legítimos intereses de los regantes hay que tener en cuenta cuatro tipos de estrategias: ofensivas, de reorientación, defensivas y de supervivencia.

Dentro de las estrategias ofensivas remarcó la importancia de aprovechar las ventajas competitivas con las que cuenta el regadío español (clima, tecnología y saber-hacer) para promover una intensificación sostenible de la producción, al objeto de atender las nuevas demandas de los mercados, en cantidad y calidad, mejorando para ello la genética de los cultivos y las tecnologías de producción. “Para el desarrollo de esta estrategia resulta necesaria una mayor integración del sector productor del regadío dentro del sistema de I+D+i, al objeto de adaptar todas las innovaciones tecnológicas a las condiciones locales de cada Comunidad de Regantes e introducir de manera progresiva las tec- nologías digitales en todos los ámbitos del regadío como elemento clave para su futura competitividad”, apuntó Gómez-Limón.

En lo que tiene que ver con las estrategias de orientación señaló que es básico fomentar una actividad de regadío más sostenible aprovechando todos los incentivos existentes. El experto añadió que “debe favorecerse el crecimiento de la agricultura integrada, ecológica y otros modelos de agricultura con certificación ambiental, en la medida en que se evidencie su rentabilidad para los regantes. Este proceso de mejora de la sostenibilidad del regadío debe ir necesariamente de la mano de las estrategias orientadas a la mejora tecnológica del sector”.

Asimismo, comentó la necesidad de apoyar el uso de fuentes no convencionales de agua (desalación y depuración) al objeto de aumentar la garantía de suministro de muchos regadíos con precarias dotaciones de fuentes convencionales. Según su criterio, para ello deben potenciarse actividades de investigación y desarrollo en este tipo de tecnologías, para así posibilitar la mejora de su eficiencia y la reducción de costes de suministro. Además, también insistió en la necesidad de favorecer modelos de integración horizontal y vertical de explotaciones de regadío y de las Comunidades de Regantes con otros agentes de la cadena de valor agroalimentaria, con el propósito de beneficiarse de las economías de escala de una mayor dimensión. José Antonio Gómez-Limón aclaró que “aunque existen varias vías para ello, se recomienda el uso de fórmulas cooperativas,que potencien el carácter social de la agricultura de regadío y su papel clave como elemento de desarrollo de las zonas rurales”.

En lo relacionado con las estrategias defensivas, expuso en su ponencia lo oportuno de apostar por el uso de energías renovables aprovechando las sinergias en el nexo agua-energía y mejorar la eficiencia energética de los sistemas de riego también con el doble propósito de abaratar os costes de riego y contribuir a mitigar el cambio climático (disminución de emisiones CO2). Además, también apuntó como necesario generalizar los modelos exitosos de gobernanza de recursos hídricos para evitar la sobreexplotación de acuíferos. Por último, dentro del apartado de las estrategias defensivas consideró clave apoyar el diseño e implementación de instrumentos de gestión del riesgo para afrontar la previsible disminución de la garantía de suministros por el cambio climático y los nuevos caudales ecológicos.

Por último, dentro de las estrategias de supervivencia el catedrático de la Universidad de Córdoba hizo hincapié en concienciar al conjunto del sector sobre la necesidad de realizar una agricultura sostenible, que minimice los impactos ambientales negativos, tanto por imperativo legal como moral. En este sentido, las Comunidades de Regantes y sus federaciones deberían convertirse en garantes del buen uso del agua y la sostenibilidad de regadío, denunciando aquellos comportamientos individuales que vayan en detrimento de la reputación ambiental del sector.

“Mejorar la comunicación con la sociedad, al objeto de informar adecuadamente de los múltiples beneficios que el regadío reporta al conjunto de la ciudadanía y de los esfuerzos del sector por mejorar su sostenibilidad ambiental” es otro de los puntos sobre los que incidió el ponente durante su exposición.

Por último, José Antonio Gómez-Limón apostó por extender la representatividad de FENACORE y resto de federaciones de las Comunidades de Regantes en relación con la gestión del agua a otros ámbitos políticos y sociales donde se requiera la defensa de los intereses del sector del regadío.