20M: El renacer de la España rural

Agricultores, ganaderos, cazadores, ciudadanos de provincias, pueblos y aldeas de toda la España que se vacía pudieron mirar a su alrededor y comprobar, con orgullo, cómo fuimos capaces de llenar las calles de Madrid el pasado 20 de marzo, en un domingo tan especial, que ojalá sea el del renacer de la España rural.

Nos encontramos en la capital para defender nuestro futuro, seriamente amenazado por la discriminación que sufrimos a nivel político y, por desgracia, también social. Porque posiblemente no es que nuestra España se vacíe, sino que la están vaciando. Pero ha llegado la hora de despertar. De decir basta. De defender nuestro campo, nuestra cultura, nuestras tradiciones. De avivar y socorrer a un mundo que se muere, asfixiado, despreciado e incluso, injustamente señalado.

En este contexto, salvar la agricultura debería ser uno de los principales objetivos del Estado. Porque no hablamos de un sector concreto, sino que nos referimos a la base de toda nuestra alimentación. Si bien fue el 20M una mañana en la que más de 600.00 personas representantes de nuestra España rural nos manifestamos unidos, permítanme aprovechar este editorial para dedicar unas palabras específicas para nuestro regadío: un sector que alarmantemente sufre la contaminación política del agua, que por desgracia para todos, dificulta y condiciona la planificación hidrológica en nuestro país.

Frente a ello, entre las calles y plazas de Madrid, los regantes de toda España pedimos modificar y adaptar los planes hidrológicos para tener mayor cantidad de agua garantizada para el riego, con más inversiones para modernizaciones de regadío, lamentando profundamente que la planificación hidrológica se encuentre tan desenfocada al anteponer el extremismo ecologista a la satisfacción de las demandas. Razón por la que tanto nos preocupan los caudales ecológicos previstos en los borradores de los planes hidrológicos de las respectivas cuencas, que han sido subjetivamente calculados sin evaluar sus consecuencias económicas y sociales para los usuarios de regadío, al ser los únicos que van a soportar esa reducción de caudales disponibles en los embalses, principalmente en las sequías debido a la prelación de usos de la ley de Aguas.

Además, para evitar un rotundo fracaso en esta modernización de regadíos, aprovechamos para reclamar una vez más al Gobierno una modificación de las tarifas eléctricas, que en el periodo 2008-2021 se han disparado más de un 120%. En este marco, tan desolador, continuamos solicitando un tipo de IVA reducido para suministros de riego e insistimos en la urgencia de aplicar la doble potencia en el sector agrario, que aún no podemos disfrutar por culpa de la inacción del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), a quien incumbe el desarrollo reglamentario de la disposición legal que lo permitiría.

De cualquier modo, los regantes de toda España podemos sentirnos muy orgullosos por el nivel de modernización de regadíos conseguido, ya que supera el 75% de la superficie total regada y representa más de un 65% de la producción total, ocupando
poco más del 15% de la superficie agraria útil.

Animo a todos a que le demos valor y nos sintamos orgullosos de nuestro trabajo, porque el cambio climático, la población mundial creciente y la desnutrición que sufrirán muchos países se presentan como auténticas pandemias del siglo XXI. Y, frente a ellas, hay una vacuna que prácticamente todo lo cura: el agua.

Porque regar no sólo es aplicar agua sobre árboles y plantas para producir alimentos, sino que resulta fundamental para limpiar el aire y reducir la contaminación, evitar la despoblación de las zonas rurales en nuestra ‘España vaciada’, vertebrar y cohesionar el territorio, impulsar el desarrollo económico, social e industrial debido a todo el complejo agro-alimentario asociado, además de otras múltiples externalidades positivas.

En definitiva, gracias a nuestra aportación al crecimiento económico y a la creación de empleo, el regadío podría considerarse un aliado indispensable para reconstruir España y trazar la hoja de ruta hacia un futuro sostenible.

Para ello, urge retomar las inversiones en obras hidráulicas de regulación (embalses y trasvases), sin olvidar la modernización de regadíos todavía pendiente. Estas infraestructuras además de incrementar la garantía de agua para todos los usos, también serán muy útiles para mitigar los principales efectos negativos del Cambio Climático, como son las inundaciones y las sequías, que este año podrían tener tremendas consecuencias si continuase la sequía en algunas de nuestras cuencas y se agravaría aún más las pérdidas millonarias que sufriría el campo.

Y es que, por culpa de esa falta de inversión, casi un millón de hectáreas continúan pendientes de modernizar y un porcentaje elevado de las obras de regulación y de infraestructuras hidráulicas de interés general no se han ejecutado, pese a haberse recogido en sucesivos planes hidrológicos anteriores y resultar determinantes para adaptar la agricultura al siglo XXI y poder producir más alimentos usando menos agua y energía En definitiva, este memorable día 20M será recordado en España porque el Mundo Rural ha sumado fuerzas y alzado la voz para que se nos oiga. Iniciemos ahora una andadura yendo de la mano para devolverle el protagonismo que merece en la agenda del Gobierno y alejarlo de una guerra política con apenas vencedores e incontables vencidos. Nuestros representantes políticos deberían olvidarse de las guerras partidistas y centrarse en conseguir el bien común.

Insisto, no obstante, en que todos juntos debemos seguir caminando, luchando, por el campo, en defensa de la España rural, protegiendo nuestro presente y así estaremos también salvaguardando nuestro futuro.

No quisiera terminar sin antes daros la ¡ENHORABUENA! por el éxito del 20M y recordaros que a partir de ahora debería comenzar la etapa de negociación con el Gobierno y comprobar después cuáles de nuestras reivindicaciones se han podido conseguir. Una vez analizado el resultado final, sólo nos quedaría obrar en consecuencia. ▲

Andrés del Campo
Presidente de FENACORE,
Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España