Los días 22 y 23 de julio, en nombre de la Presidencia italiana de la EUWMA (European Union of Water Management Associations), ANBI regional de Lombardía acogió la reunión técnica intermedia y la visita de campo para ilustrar el tema de la Presidencia de 2024: «El agua en un mundo altamente antropizado».

Siempre es un verdadero placer participar junto con los máximos representantes del uso del agua de distintos países. Compartir la idiosincrasia nacional, así como los incidentes más relevantes del curso hídrico siempre ayuda a conseguir soluciones a posibles problemas comunes, así como unificar posturas para poder conseguir los mejores beneficios para nuestro sector cuando hablamos con los ministerios involucrados con el uso del agua en los distintos países e, incluso, ante la Unión Europea.

¿Por qué en Lombardía?

Lombardía es «una región de agua» gracias a sus grandes lagos, numerosos ríos, la densa y entrelazada red de canales, fuentes y manantiales. La abundancia de recursos hídricos ha permitido a lo largo de los siglos construir un paisaje armonioso que se centra en la producción agrícola, apoyada por sistemas de riego complejos e innovadores. Actualmente en Lombardía hay 12 Juntas de Aguas Agrícolas encargadas de suministrar agua para riego y gestionar las redes de agua y los sistemas de recuperación.

Pudimos realizar 2 visitas de campo:

  • Panperduto recibe el agua de la presa de Miorina y la distribuye por 47.600 hectáreas a través de 3.000 km de canales. La instalación histórica está formada por numerosos artefactos: una presa de desbordamiento con un perfil hidrodinámico, un edificio de toma conectado a la presa, una cuenca de navegación, una cuenca de almacenamiento de agua derivada, un aliviadero, los edificios de toma del canal Villoresi.

  • La Reserva de San Massimo, un espacio natural de más de 800 hectáreas, constituye el contexto medioambiental más raro del Parque del Valle Lombardo del Tesino. Zonas agrícolas, páramos, un bosque incontaminado lleno de manantiales y fuentes, senderos con árboles frutales autóctonos se alternan espontáneamente, dando vida a una variedad paisajística única, cuna de una biodiversidad.